DEPARTAMENTO DE LENGUA – IES PEDRO DE LUNA

Aula interactiva

Archive for 27 de May de 2011

SEGUNDO PREMIO CAT.II

Posted by Departamento de Lengua Ies Pedro de Luna en May 27, 2011

RUTINAS MATUTINAS

(Segundo Premio categoría II)

Elena Lozano 1º de Bachillerato

Hoy, y como cada lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, salgo de casa a la misma hora, recorro las mismas calles y me encuentro con las mismas personas, tanto conocidas como desconocidas, siguiendo su rutina personal. La “rutina matutina” que digo yo. El problema es que no debería decir que con desconocidos ya que las veo tanto como a cualquier conocido mío, o más, pero en verdad no sé nada de ellos.

El caso que más me llama la atención es el de dos chicas más o menos de mi edad que se cruzan conmigo de frente, en la misma acera. Cuando nos encontramos nos miramos un instante inmensamente corto pero lo suficientemente largo para dar a entender que yo sé quienes son y que ellas saben quién soy yo, para indicarme que saben que yo soy esa chica con la que se cruzan cada mañana. Probablemente, este sea el momento más tenso del día.

Cada mañana me planteo saludarlas con un “hola” chiquitín como diciéndoles “quiero romper el hielo, pero necesito ayuda”. Pero nunca lo hago. ¡Me da miedo que piensen “que tía más rara, por favor, ¿pero de qué va? Si no la conocemos de nada…” ¡Mentira! Me veis cada mañana y podríais hasta adivinar a qué instituto voy, ¡por favor! El caso es que no sé cómo reaccionarían y me preocupa porque sé que al día siguiente las voy a volver a ver, no puedo decir eso de “total, no me van a volver a ver el pelo y ni saben quién soy ni nada de mí…”. Por todo esto no pasa de ser un planteamiento.

Otro día, otra mañana, otra situación tensa. ¡Aaaaarg! ¡Estoy harta! ¿Sabes qué? Mañana las saludo, que a lo mejor son chicas majas y me responden al saludo y luego resulta que tenemos alguna amistad en común o algo y nos llevamos bien y nos hacemos amigas, o a lo mejor saben algo más de mí que yo de ellas y están en el mismo dilema que yo. O a lo mejor no. ¿Y si soy su objeto de risa cada mañana? Entonces que se fastidien. ¡Ja! No saben lo que se pierden.

Un día menos, un momento tenso menos. Solo queda un mes para el final de curso y ya no tendré que pasar más momentos tensos, ¡bien! Me emociono solo con pensarlo. Aunque la verdad, el momento de tensión ha pasado a ser un momento de evaluación. Algún día solo iba una de ellas, por motivos que por supuesto desconozco. La morena se tiñó de rubia y la rubia de morena, aunque no el mismo día, quizá un mes después o algo así. La que ahora es morena se cortó el pelo y yo creo que le queda mejor así, que lleva la cara más despejada.

Apenas unos días para el final de curso. Podría esperarme hasta el último y saludarlas, “total, no me van a volver a ver el pelo”, quizá el año que viene ya no coincidamos. Si me miran mal, pues ya está, solo será ese día, pero si me devuelven el saludo, puede que al final seamos amigas.

Último día, la luz madrugadora nos da en la cara dejando vernos los rostros. Estamos a unos escasos pasos. Esta es mi última oportunidad. Venga ánimo, si solo es un saludo, ¿para qué tantas vueltas? Ya casi. Ahora me mirarán ese instante inmensamente corto, me tiene que dar tiempo a saludarlas. Y… ¡Ahora! ¡Palabras salid de mi boca! ¡No! ¡Estamos perdiendo la última oportunidad! Tarde…han pasado de largo. ¿Por qué? Soy especialista en perder oportunidades, soy incapaz de romper el hielo ni de dar el primer paso para cualquier cosa. Es muy triste. Necesito un guía para todo lo que quiero hacer. Pierdeoportunidades, pierdeoportunidades, pierdeoportunidades. Voy a tener que aprender a convivir con este no-don que alguien muy inútil me ha dado. ¿En qué día se te ocurrió elegirme a mí para atribuírmelo? Cómo te odio inútil, no sabes cuanto.

Epílogo

Se está acabando el verano y una amiga íntima me ha invitado a salir por ahí de fiesta. Me ha dicho que habrá mucha gente y que de seguro me lo pasaré bien. La verdad es que me apetece mucho y así veo a mis amigas que llevo todo el verano desaparecida y sin saber nada de ninguna.

El local de fiesta es una discoteca que es especialmente oscura y me cuesta mucho reconocer a la gente. Salgo fuera con mi amiga para tomar un poco el aire y disfrutar de la brisilla nocturna, dentro hace demasiado calor. Me apoyo en la pared y cierro los ojos, sensación de tranquilidad. Mi amiga saluda a alguien a unos metros y decido echar un vistazo curioso para ver de quién se trata. Son dos chicas y aunque vayan arregladas son fácilmente reconocibles. ¡Sí, son ellas, las chicas de las mañanas, las del momento tenso! Es increíble. Me acerco tímidamente a mi amiga como haciendo que curioseo. Me miran. Tengo que decir algo. ¡Ya sé! Aquello que no les dije el último día de clase.

–         Hola.

Me miran sorprendidas. ¡Me han reconocido! ¡Ya no seré nunca más una pierde oportunidades! ¡Adiós no-don!

Posted in Uncategorized | Leave a Comment »